domingo, 28 de noviembre de 2010

Rocanrol por derecho propio

Los entrañables Montana ya estaban pidiendo su huequecito. Ya sé que yo te doy asco...

sábado, 27 de noviembre de 2010

El Pelas que yo veo



El taxista enfadado posa, viril, para Pulpos y Jardines en su mocedad. Parece hasta buen chico. Con los años se iría agriando su carácter, descargaría sus humores en la intranet, se alinearía con Tito Untzaga en el frente del mal. Dejó el Ducados y, evidentemente, todo se fue a pique. Llegó a ser chófer oficial de la sala de baile Pasapoga, conoció a las más reputadas actrices norteamericanas -la Kerr, la Gardner, la Mayo le contaban sus confidencias-. Abrevaba con verdadera fruición en la no muy lejana bodega "Cherry" regentada por aquellos años por una lozana (venía del mundo del cabaré elegante o burlesque como dicen ahora los modernos) Mademoiselle Punch quien, cascarrabias y de muy malos modos le servía ginebra con güisqui, su caldo favorito.

Pero eran otros tiempos. Hoy día, nuestro indiscreto pelas pulula por la zona de Atocha, con su gremio se va a relajarse al Holly, de allí al Bar Iberia (Pza. San Bernardo) a comentar la jugada (visiten este templo del gañanismo; ruego encarecidamente prueben sus albóndigas, no así sus rancias patatas ali-oli, mejor vayan solos siéntense en una de las elegantes mesas y escuchen, sobre todo escuchen) con sus camaradas. Pero lo que me más me tiene preocupado es que no hace sudokus y, en su lugar, despotrica contra todo aquel que se cruze en su camino. ¡Cuidado! Tiene especial inquina al dignísimo gremio de la repostería.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Un hotspur (contento de ser)


Jornada histórica en la Premier. El Tottenham Hotspurs, equipo del que me he declarado irredento seguidor por estos lares, vence hace un ratito por 2 a 3 al malvado archienemigo, en el campo conocido como "el estercolero de Highbury". Wenger y los suyos se quedaron con cara de bobos después de ir ganando dos cero en el descanso. Es hora de remarcar la inmensa labor que este hombre que ven arriba -nuestro entrenador, Harry Redknapp- ha ido hilando en el club del norte de Londres. Coge al equipo al borde del descenso y lo lleva a la Champions, devuelve el fútbol ofensivo a una afición que, tras unos años de ver un fútbol ciertamente titubeante, siempre se distinguió por su buen gusto balompédico. Me hinco de hinojos ante Vd, ríndole pleitesía, muchas gracias míster.